Rafaela Herrera, Heroína?
Una
tragicomedia, salpicada de tragedia y gloria, esas fueron las primeras ideas
que se me vinieron a la cabeza cuando investigue sobre la vida de este
personaje de la historia nicaragüense. Rafaela Herrera y Udiarte, nacida
en lo que hoy conocemos como Colombia, fue traída a Nicaragua a los
diez años, su padre; José de Herrera
y Sotomayor, Teniente y Capitán del Batallón de la Plaza de Cartagena, que
luego fue destacado, en el castillo del Rio San Juan de
Nicaragua, según historiadores al morir su padre este le pide
que defienda el castillo con su propia vida, solicitud que cumple a
cabalidad; pero defendió algo que ni siquiera era en ese entonces
conocido como territorio nicaragüense, de hecho la
independencia vendría 59 años después, lo cual es curioso porque
dentro de la larga lista de héroes y personajes ilustres de
Nicaragua, figura esta joven, pero lo que me impresiona más que su vida
es, que a pesar del logro de haber enfrentado y repelido el ataque de
una expedición inglesa su vida no termino como merecía terminar,
lo cual nos muestra que a veces la vida es tan justa al final de cuenta.
La expedición fue enviada por el Gobernador Inglés William Henry
Littleton, dicho ataque tiene su punto de partida en el Río San Juan en el momento en que el padre de Herrera
se debatía en la muerte. Tras
la muerte, asume la comandancia Don Juan Aguilar y Santa Cruz nombrado en dicho
cargo. Los ingleses, al enterarse que la fortaleza había perdido a su
comandante, mandaron a pedir la llave del castillo, con la promesa de "no hacerle daño a nadie". El teniente contestó que no
podía entregarlas y que resistiría cuantos ataques intentasen.
El 29 de
julio de 1762, los ingleses estaban ubicados frente al castillo. Tras
oírse a las 4 de la mañana “un tiro de pedrero, río abajo”, se presentó el
enemigo. A las once del día aparecieron siete grandes piraguas que, disparando
nueve tiros de pedreros, desembarcaron algunas tropas en la orilla sur del río.
Por lo que a las tres de la tarde, la hija del difunto comandante, con el
permiso del nuevo, disparó un certero cañonazo dispersando al enemigo, que da
muerte al comandante de la guarnición inglesa, el ataque de la joven les había
causado muchos daños hasta el punto que según testigos del barco donde venían
los altos oficiales, después del impacto del cañón, casi ninguno estaba vivo y
los demás terminaron muy mal heridos como para seguir luchando.
El 30 los invasores, no sin
retirarse alguna distancia por nuevos cañonazos del Castillo, pidieron
parlamentar y el 31 se rompieron los fuegos. El 1° de agosto, “se siguió en el
fuego con el mismo ardor que en el antecedente y por la noche
no dejó de ser bastante vivo de una y otra parte”. El 2 cesó
la artillería de ambas partes y el 3 los ingleses y aliados abandonaron
sus posiciones, retirándose.
En el ocaso de su vida, luego
de casarse con Pablo Mora, y de irse a vivir a un barrio conocido como Corinto,
en Granada, termina sus días en la pobreza, olvidada su proeza y
en medio de la mendicidad; de hecho tuvo que trabajar como
domestica para cubrir el costo de su subsistencia.
José Dolores Gamez, señala que envió una carta al
Rey de España, Carlos III, y este le contesta el 11 de noviembre de
1791, en agradecimiento por el gesto heroico le
asigno una pensión vitalicia, además de tierras realengas para
que esta heredara a sus 5 hijos.
Es increíble, poco se conoce esta historia, de hecho
muchos solo nos enseñan en la escuela la gesta de defensa del castillo del rio
san juan, ella cumpliendo una promesa hecha a su padre y en
su condición de española defendió, luego como muchos
nobles héroes, que no buscaban vanagloriarse, se retiraron y se
perdieron en la bruma del olvido y la pobreza, sin reconocimiento ni gloria, lo
cual me llega a concluir que nuestra historia, está plagada de personajes que
cumplieron con honor el llamado al deber que le hicieron
las circunstancias históricas y al final solo se
perdieron en la bruma del olvido, lo mismo paso con José Dolores Estrada o con
grandes músicos y atletas que han dado esta patria, definitivamente,
que es muy cierto lo que dice uno de los estribillos del himno de esta
gran nación, "Y el honor es tu enseña triunfal".
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